El encuentro fue la esquina de las avenidas Callao y Corrientes, corazón de la Capital Federal, paradójicamente muy cerca de donde vivió alguna vez, venido desde Santiago del Estero con su esposa nuestro compañero el comandante Mario Roberto Santucho.
Es invierno por eso se comprende tanto frío y parecemos pocos, pero no es así, es que buscamos juntarnos en casi un abrazo unánime y fraterno para darnos abrigo. Mientras camino escucho los discursos de compañeros jóvenes y otros no tanto que encienden una luz roja, siempre roja, un fueguito en lo más profundo...
Andando y queriendo tener registrado ese momento veo, para mi gran alegría, muchos jóvenes, la mayoría lo son, los más osados piden sacarse fotos con su bandera, que los contiene y les da eso que es tan importante: identidad de grupo militante.
Andando y queriendo tener registrado ese momento veo, para mi gran alegría, muchos jóvenes, la mayoría lo son, los más osados piden sacarse fotos con su bandera, que los contiene y les da eso que es tan importante: identidad de grupo militante.
Hoy más que nunca la Estrella Roja brilla con la pasión y el fuego militante que nos legaron Mario Roberto Santucho y los 30.000 compañeros desaparecidos.
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